En realidad todas las montañas , los valles , los ríos , los bosques , las praderas ...toda la naturaleza emite hermosas vibraciones, y por ello nutre nuesto ser. A menudo instintivamente sentimos la necesidad de salir al campo , de estar en la naturaleza. Es muy importante para nuestra energía sutil , concretamente a la energía en nosotros que en el Yoga recibe el nombre de Mahalaxmi. Es la energía del Sushumna Nadi o Canal Central en nuestro interior ( ver kundalini.sahajayoga.com.es/ ) Esta energía del Canal Central es la que nos ayuda a estar centrados y en harmonía con nosotros mismos y nuestro entorno , y a la vez evolucionar hacia nuestro más alto potencial espiritual.
En la naturaleza , existen además unas formaciones rocosas que emiten vibraciones con más intensidad. En la India a estos lugares especiales se les llama swayambús .Es el caso de la montaña Ulurú en el centro de Australia ; lugar sagrado para los aborígenes. ( foto de arriba )
Y también es el caso del macizo de Monserrat en Barcelona , una formación rocosa que además de su singular belleza , emite fuertes vibraciones electromagnéticas de tipo Mahalaxmi , que se pueden percibir incluso al pasar en coche por la autopista . Una vez despierta la energía Kundalini en nosotros , uno puede percibir estas energías naturales con mayor intensidad y nitidez , al provocar en nosotros una respuesta en nuestro sistema sutil : la energía Kundalini en nuestro interior responde subiendo por nuestro Canal Central y se manifiesta como una brisa fresca en la cima de la cabeza y en nuestras manos. Por lo tanto , Monserrat es un sitio ideal para conectarse a la energía de la naturaleza y meditar.
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Este milagro sucedió en Cali, Colombia en febrero del 2007 en mi hogar materno. La historia se remonta hace aproximadamente 20 años cuando nos mudamos a nuestra nueva casa cuando yo tenía unos 10 años de edad. El mismo día en que nos mudamos mi mamá sembró en el jardín de la casa un árbol de nombre JABOTICABA, y que según la tradición de la época traía mucho amor en el entorno donde se sembraba y daría unos jugosos y apetitosos frutos. Pasaron los años y los años, y comencé a crecer al igual que el árbol. Pero algo sucedía, que el árbol no daba frutos. En el año 2004 vine a España, al siguiente año obtuve mi REALIZACIÓN DEL SER, y a los dos años regresé a mi casa materna para compartir tan maravillosa experiencia con toda mi familia. En los días que estuve en casa, mamá me comentó de que el árbol después de 20 años no dió fruto, y que tampoco esperaba que los diera. Yo le hable de las vibraciones Divinas, y que podían ser sentidas a través de nuestras manos, y que también se podía vibrar el agua para que esta se purificase. Le dije que intentaramos durante un par de días purificar el agua a través de las vibraciones Divinas y regarla sobre la raíz del árbol. Así lo hicimos. A los quince días yo regresé a España para retomar mis labores cotidianas. Después de 4 meses mi mamá me llamó sorprendida para comentarme de que en el jardín de la casa había un gran alboroto y revuelo de pajaros extasiados con la existencia de unos frutos que aparecían en la entrecorteza del árbol, ella no podía creer lo que veía, pues sólo se dio cuenta de que habían frutos por el cantar de todos esos pajaros que estaban disfrutando del manjar que les ofrecía el árbol. Y al final la tradición se cumplió, el árbol empezó a extender amor.